Me cuesta recordar, me cuesta pensar, me cuesta soñar, creer, vivir, llorar, suspirar. Me cuesta ver como mi vida pasa ante mis ojos y yo sigo aquí, sentada sobre esta fría piedra sin moverme ni un milímetro. Jodiendo a gente que debería de ser inmensamente feliz pero que ha decidido que quiere sufrir ¿y para que?¿para intentar ayudarme a superar esto? ningún sentido le veo, lo siento. Con esto no quiero dar a entender que no aprecio su cariño, apoyo, atención, comprension etc etc, sino que no aprecio que tengan esa cosa de querer meterse en el pozo en el que estoy yo hundida, porque por mucho que lo intenten, una vez dentro no puedes salir(no es imposible pero si improbable(mítica frase de él), osea 99'9% si 0'10% no), y no se que podéis ver en mi como para atreveros a lanzaros a este pozo conmigo, sin duda sois demasiado ilusos queridos.
Y en fin, para poner de alguna manera el final a esta carta, a este texto, a esta poesía o como coño queráis llamarlo pues diré que si, que yo se que todo ha pasado, que no queda ya nada a lo que temer, nada por lo que sufrir porque seria un sufrimiento tonto, por alguien que no merece la pena, alguien patético e inexistente a lo que es el día de hoy en mi compleja vida. Pocas cosas de las que nos unieron quedan, por no decir que ya no queda ni una sola...pero aun así sigo aquí, con este maldito nudo en la barriga y ese vacío en mi interior que hasta hace poco no me explicaba de donde provenía. Y si, también digo que me gustaría nombrarme como lo mejor para ti, pensar que yo soy VERDADERAMENTE, lo mejor para ti y lo mejor que hay en tu puta vida, pero no tengo las fuerzas y el coraje suficientes para hacerlo, hace tiempo que se me agotaron intentando demostrarte lo mucho que te amaba. Y si, lo digo en pasado, porque, ya no me gusta utilizar el presente cuando hablo de ti.
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