Me gusta escribir literatura barata y comer bombones hasta las 4 de la madrugada. Echar un pitu sentada en el tejado y observar el amanecer a su lado. Odio llorar, los helados de limon y esa sensacion que tienes cuando estas "enamorada". Ama(ba) a 4 personas que juegan a ser dios e idolatro a Pablo Neruda y Paulo Coelho. Ver el fuego me tranquiliza, parar el reloj para creer que el tiempo no pasa y escuchar la musica a tope, rebentandome los oidos, para sentirme un poco mas cerca de ese dia que tan atras quedo. Un cigarrillo de madrugada mirando el mar, disfrutando del olor a nicotina mezclado con la suave brisa marina, y tu mano en mi cintura, por supuesto. Odio la frialdad aunque yo soy la primera que tiene el corazón congelado. Aborrezco a las gaviotas, los martes a las 10 de la mañana, los odio, no puedo vivirlos. Gran fobia a las arañas, no podría vivir sin mi singular gato. Un cafe a las 7 de la tarde en la terraza de siempre, soñar hasta ver la realidad completamente distosionada, un trago de wiskie y para la cama a seguir soñando(con él). Tirar fotos antiguas y quemar recuerdos. Hacer poesia, sobre tu cuerpo. Perder el norte con tus te quiero, llover miradas, secuestrar tus escalofrios. Dibujarnos infinitos en la barriga. Obsesionada de las pulseras de colores y los collares de cruzes(aunque aun no me he puesto ninguno). Intento desde hace tiempo encontrar una dirección que seguir, pero cuando el dedo no para de temblar, es complicado escoger el camino adecuado.

miércoles, julio 4

El verano de nuestra vida, ¿recuerdas?

Recuerda.
La radio a todo volumen. Ventana abierta. Una cajetilla de Lucky Strike reposa sobre la meseta. El sol incide sobre tu piel, la brisa marina inunda el ambiente. Si, es verano.
Libros en cada rincón del apartamento, un pintalabios rojo sobre la mesa del fondo. Poesia en tus andares y locura en la almohada. Amaneceres perdidos entre las sabanas y noches ganadas con cada estrella nombrada. Cafés con leche, y azúcar. Dos cucharadas bien revueltas. Rayban negras de decoración y un par de fotos parisinas para nuestra satisfactoria observación. Noches de Julio llenas de nicotina y silencio. Y peliculas. Y suspiros. Y sueños. Y un ambiente cargado de amor, del amor de verano breve e intenso que tan bien conocemos.
Y esa cafeteria, ¡ai esa cafeteria!. Pequeña, acogedora, perfecta para nuestro rollo tira y afloja. Dos cervezas y una conversación eterna. El atardecer cae a nuestros pies, y tu llevas horas mirandome y sonriendo, con tu sonrisa, esa de niño bueno que tanto me conquista. Las palabras derivan en indirectas que llevan a claras insinuaciones directas. Y entre una cosa y otra acabamos en el apartamento, entre las flores y las sabanas color lavanda, haciendo poesia... que diga, locura. Si, eso ¡locura! Un cigarrillo a pachas al terminar y una charla en el balcón, para filosofear esta madrugada que hace tiempo que tenemos esa constumbre olvidada.
Vueltas en moto interminables. Paraisos descubiertos y conquistados. Fiestas, locuras, rebeldia, juventud, rock n' roll y un poco, solo un poco de amor. Fue un gran verano, ¿no crees?

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