Me gusta escribir literatura barata y comer bombones hasta las 4 de la madrugada. Echar un pitu sentada en el tejado y observar el amanecer a su lado. Odio llorar, los helados de limon y esa sensacion que tienes cuando estas "enamorada". Ama(ba) a 4 personas que juegan a ser dios e idolatro a Pablo Neruda y Paulo Coelho. Ver el fuego me tranquiliza, parar el reloj para creer que el tiempo no pasa y escuchar la musica a tope, rebentandome los oidos, para sentirme un poco mas cerca de ese dia que tan atras quedo. Un cigarrillo de madrugada mirando el mar, disfrutando del olor a nicotina mezclado con la suave brisa marina, y tu mano en mi cintura, por supuesto. Odio la frialdad aunque yo soy la primera que tiene el corazón congelado. Aborrezco a las gaviotas, los martes a las 10 de la mañana, los odio, no puedo vivirlos. Gran fobia a las arañas, no podría vivir sin mi singular gato. Un cafe a las 7 de la tarde en la terraza de siempre, soñar hasta ver la realidad completamente distosionada, un trago de wiskie y para la cama a seguir soñando(con él). Tirar fotos antiguas y quemar recuerdos. Hacer poesia, sobre tu cuerpo. Perder el norte con tus te quiero, llover miradas, secuestrar tus escalofrios. Dibujarnos infinitos en la barriga. Obsesionada de las pulseras de colores y los collares de cruzes(aunque aun no me he puesto ninguno). Intento desde hace tiempo encontrar una dirección que seguir, pero cuando el dedo no para de temblar, es complicado escoger el camino adecuado.

sábado, mayo 19

Tenemos pendientes amaneceres ardientes

Ya sabes, coger un tren que nos lleve a nuestro París de antes. Viajar en el ultimo vagón, en el asiento del fondo. Ver como se nos escapan las horas y el paisaje se escabulle de nuestras retinas. Sentir que este no es el tren equivocado, que nuestra ciudad, la ciudad de los enamorados nos espera con los brazos abiertos, como antaño.
Sentarnos en la terraza de siempre y entre café caliente y cigarrillos a medio acabar contarnos la vida que nos perdimos por un tren equivocado. Rememorar aquella primavera. Las tardes de algodón de azúcar y sueños en tu ventana. Los amaneceres que ahora arden, pendientes, a la espera de que nuestros ojos los admiren juntos. Volver a vernos con los mismos ojos. Tus manos en mi cadera y mi sonrisa en tus labios. Un tango de fondo y mil lunas llenas por delante, la torre Eiffel de acompañante.
Agarrarte y echar a correr bajo la lluvia. Recuerdas los besos entre ella? Que jodidamente perfectos son.


Olvida todo lo que no sea este domingo, la primavera, el París encendido que nos rodea. Prometo envolverte con mi café esta noche y regalarte sonrisas por doquier. Prometo comerte a besos hasta quedarnos en los huesos. Conquistar de tu mano las calles de la ciudad del amor. Tatuarte la espalda a lametazos. Hacerte olvidar esas noches en las que nos odiábamos mas que amábamos, para hacerte recordar aquellas en las que perdías el norte y yo era tu sur.
Tomarte entre mis brazos y volver a comerme el mundo de un bocado. Ver la azotea de un hotel sin nombre que nos esta esperando y decirte " sube aquí arriba, hay un millón de sueños que voy a enseñarte". Alejarnos allí del mundo, amarnos en silencio sin ataduras de por medio. Elevame al cielo sin despegar los pies del suelo. Creemos del caos un arte y añadamos a nuestras mil catástrofes la mil y una. Ser el rey y la reina de nuestras promesas vacías. Esperame cada tarde en nuestra cafetería, que yo ya estaré allí sentada, escribiendo poesía en servilletas amarillentas, con los labios rojos y el rimel algo corrido. Tu aparecerás, con tu olor a tabaco y a champagne barato. Con los labios asperos y la vergüenza olvidada en aquella habitación sin numero ni dirección. Y ahora volemos, congelemos nuestras ganas de dárnoslo todo el uno al otro para que no se las lleve el viento. Andenes que aun nos esperan, carreteras olvidadas y ciudades por conquistar.
Que yo solo quiero que te guste mi sonrisa, que no la puedas olvidar. Que te encanten mi manera de hablar, mis sueños imposibles, mi mal humor mañanero y mis planes de domingos astromaticos. Solo quiero que esto dure, que no tenga fecha de caducidad. Que estemos juntos, que nos queramos en las aceras y nos amemos entre las sabanas. Que te quedes aquí conmigo, en París, nuestro Paris.

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