Me gusta escribir literatura barata y comer bombones hasta las 4 de la madrugada. Echar un pitu sentada en el tejado y observar el amanecer a su lado. Odio llorar, los helados de limon y esa sensacion que tienes cuando estas "enamorada". Ama(ba) a 4 personas que juegan a ser dios e idolatro a Pablo Neruda y Paulo Coelho. Ver el fuego me tranquiliza, parar el reloj para creer que el tiempo no pasa y escuchar la musica a tope, rebentandome los oidos, para sentirme un poco mas cerca de ese dia que tan atras quedo. Un cigarrillo de madrugada mirando el mar, disfrutando del olor a nicotina mezclado con la suave brisa marina, y tu mano en mi cintura, por supuesto. Odio la frialdad aunque yo soy la primera que tiene el corazón congelado. Aborrezco a las gaviotas, los martes a las 10 de la mañana, los odio, no puedo vivirlos. Gran fobia a las arañas, no podría vivir sin mi singular gato. Un cafe a las 7 de la tarde en la terraza de siempre, soñar hasta ver la realidad completamente distosionada, un trago de wiskie y para la cama a seguir soñando(con él). Tirar fotos antiguas y quemar recuerdos. Hacer poesia, sobre tu cuerpo. Perder el norte con tus te quiero, llover miradas, secuestrar tus escalofrios. Dibujarnos infinitos en la barriga. Obsesionada de las pulseras de colores y los collares de cruzes(aunque aun no me he puesto ninguno). Intento desde hace tiempo encontrar una dirección que seguir, pero cuando el dedo no para de temblar, es complicado escoger el camino adecuado.

martes, mayo 1

Invierno del 79

Dame 483 minutos mas para relatarte las mil y dos locuras que cruzaban mi mente cuando me agarrabas la mano y me susurrabas al oido "vamonos a conocer nuestro infinito". Recuerdo el traqueteo del tren. Una estacion solitaria en un día frío. Lluvia y tu abrigo granate de estampa en el banco de la izquierda. Siempre en la izquierda.
El calor de tu mano al envolver la mia, nuestros dedos entrelazados. Confianza en exceso. Cantidades directamente proporcionales de amor en cada cucharada de azúcar que le echabamos a nuestros cafés de las seis en punto. Te llevabas la amargura del café con cada llegada. Un contrato de permanencia entre tus piernas firmado con el sello del diablo(devuelveme mi alma y mi sonrisa, si es que puedes, claro está.) 5 días y 1000 noches en tu balcón, un millón de cartas a tus catastrofes y tu dulzura maldiciendo mi corazón. Incendios de nieve y calor guardados en mis sabanas, tu cuerpo fumado en ocho caladas. Cigarrillos. Cigarrillos y tequila por cada te quiero escupido entre besos. Paris estuvo a nuestros pies durante muchos inviernos.

Vuelve, y quedate. Y encuentrame, y enseñame quien soy. Que me has perdido, que necesito mas de 483 minutos para relatarte mis caricias en tu ombligo planeadas, mis cafés con beilys en tu almohada, mi cuerpo creando poesia en tu cama. Llevame de vuelta a Paris, a nuestro rincón. A concer(te) cuando la tormenta sea impredecible y nos empape, y el mundo se postre a nuestros pies mientras yo me rindo ante tu sonrisa.

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