Los escalofríos en forma de notas musicales se materializaban en aquel escenario, en aquella voz. Cada cancion era un recuerdo, un recuerdo que trazaba en tu boca una sonrisa, un recuerdo que te cristalizaba los ojos y te elevaba hasta el cielo.
Soñamos con los ojos abiertos, nos quedamos mudas y gritamos hasta rasgarnos la voz. En aquel momento nada podria haberse calculado de forma racional, todos nuestros sentidos giraban en torno a esos 4 chicos que se mostraban ante nosotras con su particular elegancia, nadie podria haber frenado los gritos histericos que surgian de los mas profundo de su garganta ni podria haber controlado el frenetico ritmo de sus latidos. En eso momento solo habia tiempo y logica para una cosa, ser feliz. Dejarte llevar por ese sentimiento, que te inundaba, te llenaba, te infectaba como el peor de los virus y te envolvia en la burbuja perfecta. Que mientras afuera, la gente vivia su rutina, ahi dentro se estaba creando algo. Se estaban atando lazos y uniendo destinos, se estaba creando un vinculo de dimensiones infinitas entre las 6000 personas que llenabamos aquel recinto. Y mientras B. susurraba un gracias y T. acariciaba con delicadeza las teclas del piano todos nos dimos cuenta, sin necesidad de mediar palabras ni miradas que la magia habia inundado el ambiente. En aquel preciso momento, cuando la ultima nota del piano resono, todas fuimos bautizadas bajo el nombre de Aliens, alli nos unimos a la gran familia de la que aun hoy formamos parte. Y esque toda la locura empezo con un robotizado "Tokio Hotel........HUMANOID" y se desató durante mas de hora y media sin miedos ni ganas de frenarla. Aquella fue nuestra noche. Aquel día fue uno de esos especiales que
No hay comentarios:
Publicar un comentario